Gracias.

Hace cuatro años nos conocimos y nunca tuvimos la historia que mereciamos.

Fuimos historia de amor, llamadas nocturnas, risas, besos y muchos enojos.

Salidas furtivas, escapes, regaños y castigos.

Mentiras, promesas no cumplidas y más amor, 

cantabas cada noche a mi oído, dormíamos apenas pocas horas con tal de tener un poco de los dos,

componías canciones y te escuchaba con tu bajo, a veces también con tu guitarra.

Hicimos notas, armonía y melodías. Hubo mucho amor.

Hace pocos días me enteré de tu última conquista, la definitiva.

Me ha tocado comprender la nota final. Nuestra canción de despedida.

Gracias por los momentos tristes pero más por los felices, por los recuerdos y las canciones compartidas.

Adiós Canción de cuna.

Carta de amor para ti.

Un momento para confesar, que me gustas y me da igual escribirlo, decirlo, susurralo. No importa el modo en que te lo haga saber.

Me gustas.

Aunque no está en mis manos poder entender, Así que no pidas la explicación que no te puedo ofrecer.

Parece broma cruel pero no lo es. es evrdad y toda la sinceridad que de mí puedas obtener.

No hay angustia y no hay presión. No aspiro a obtener lo que hay en tu corazón. Aunque deseo que sepas que en el corazón que habita mi ser hay un sentimiento que es imposible detener.

Por último, sólo me queda decir:

Te quiero y no me importa que no haya razón de ser.

Enojo

Volteas la situación, echándome la culpa de las expectativas que no cumplí.

La primer regla conmigo es no esperar, recuerdas que te lo dije tiempo atrás. 

En nuestro principio, en las cosas que dije que haría y en las advertencias que mencioné.

No te enojes corazón, no somos el uno para el otro.

y debería ser fácil de aceptar.

Que no te parece mi forma de ser,

que te desepero cada día más, que ya no te quiero igual.

Amor, te estoy dejando atrás. Ya nada es igual, ya no hay magia, ni sentir ni lo que me unía a ti.

No soy lo que esperas y tú no eres lo que quiero.

Esperabas encontrar una flor delicada, soy más bien flor silvestre.

Me ofreces un invernadero cuando soy de campo, mi cielo.

Hay que decir adiós y nunca más vernos.

Ruptura

Suave se deslizo entre los dos.

Una pequeña marca,

una cicatriz, una grieta.

Antes de notarla ya se había acomodado,

antes de poder detenerla,

ya estaba hecha.

Tengo miedo de ella,

puede crecer y no encuentro pegamento

¿dónde se compra pegamento para unir de nuevo a  dos personas?

No hay, no he encontrado tienda que lo venda.

Nos rompimos y cada día un poco más.

Es de noche y quiero llorar,

esta ruptura me va a destrozar.

Confesión.

Hoy estoy cansada de esconderlo, de negarlo. Me gustas y todo este tiempo he sido yo. 
Quiero que lo sepas pero soy cobarde, no quiero perderte.
Quiero tenerte. Un poco más. 
Llevo 4 meses queriéndote, tal vez desde antes lo hacía, sólo que sin admitirlo.  No sé si lo sabes, no sé si lo sospechas, ¿sabes que soy yo? ¿sabes que te miento? ¿sabes que te quiero?
No me importa la falta de sentido a estos sentimientos, no me importa. Te quiero y eso me basta.
Y te escribo esto porque es lo que siento.

¿Quieres saberlo?

Tu nombre, me gusta.

Me gusta cada letra, 

me gusta pronunciarlo.

Tú, tienes dos años más, 

tienes la nariz que adoro,

tienes la estatura perfecta.

¿Quieres saberlo?

Te quiero. te adoro. 

Sueño con tu nombre.

Mayo.

No quiero decir buenas noches,
no estoy preparada para cerrar los ojos 
y dejar de verte.

Sólo han pasado unos meses,
dos de hecho.
Hoy, justo hoy.

Era marzo, ahora es mayo.

¿Puedo besarte como esa noche?
Haciendo las preguntas que no te hice,
besando los silencios que hicimos,
saboreando el momento 
que tuvimos y
que tuvo que irse.

Es mayo y quiero
más que un beso,
añoro muchas noches de besos,
aún más que eso.

Uno de esos días.

Hoy es uno de esos días en que no me interesa si rima,
o si es una linda poesía. 
Simplemente es un día.
Uno de esos en los que despiertas
con esperanzas y sueños
y nunca tienes prevista su caída.

Duele. 
Destroza todos los huesos de cada ilusión
y bello sueño.

Aún peor, 
necesito tu presencia, tu amor.

Ese abrazo sobreprotector, 
un beso en la mejilla
o hasta una noche de ti.

Hoy es uno de esos días,
como todos los otros
en los que te extraño como loca
y tú ni te enteras
un poco.