sábado, 31 de marzo de 2012

Esa carta.

Hay una carta, vieja y arrugada en mi baúl. 
Escrita con tinta roja.
Roja como la rosa que me diste alguna vez.
Nunca fue de ti, nunca te la di.
Está conmigo aún porque es lo que fuimos una vez.
Es lo que me queda de ti.


Huele, huele bien.
A amor, deseo e ilusión.
Pero aún mejor huele a esa emoción.
Que tuvimos mucho tiempo atrás.


No conoce su fin a diferencia de ti y de mí.
No tiene que saber, que tú y yo no somos más ese amor.
Que no sé más de ti.


Esa carta es feliz, tiene puntos suspensivos donde tú y yo llegamos a nuestro fin. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario